fbpx

What Do Muslims Believe? ES

Testimonio de fe para los Musulmanes

El mensaje fundamental del Islam es simple: Adorar solamente a Alah (palabra árabe que significa Dios). El Corán (la escritura revelada del Islam) declara:

“DI: “Él es el Único Dios: “Dios, el Eterno, la Causa Primera de Todo Cuanto Existe. No engendra, ni ha sido engendrado;  y nada hay que pueda ser comparado con Él.” [capítulo 112]

La primera parte del Testimonio de fe musulmana (shahada), es la base para el concepto de Dios en el Islam. Los musulmanes deben dar testimonio de que: “No hay ninguna deidad digna de adoración excepto Allah”. El concepto de la Deidad es estrictamente monoteísta y unitario. Sólo Dios ha sido absoluto, totalmente independiente y totalmente autosuficiente. Todo lo que existe o podría existir siempre lo hace por Su voluntad. No tiene ningún “socio” en la creación del universo ni en mantenerlo en existencia. El no es la “Primera causa” solamente, sino también en última instancia, la única causa y Él mismo es sin causa [Hassan G. Eaton: El concepto de Dios en el Islam].

La segunda parte del Testamento de fe es: “Muhammad (la paz sea con él) es el último Mensajero.”

Los musulmanes tienen en alta estima los anteriores profetas y mensajeros como Adán, Noé, Abrahám, Jacob, Isaac, Ismael, Moisés, David, Salomón, Jesús y muchos más (la paz sea con todos ellos); todos los cuales se sometieron y se entregaron al único Dios que los creó y los eligió para ser los portadores de Su mensaje. Dice el Corán:

“Decid: ‘Creemos en Dios y en lo que se ha hecho descender sobre nosotros y en lo que descendió sobre Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y sus descendientes, y lo que fue entregado a Moisés y a Jesús, y en lo que fue entregado a todos los [demás] profetas por su Señor: no hacemos distinciones entre ninguno de ellos. Y es a Él a quien nos sometemos’.” Corán 2:136

Muhammad, el último Mensajero

El último Profeta en una larga cadena de profetas y mensajeros fue el Profeta Muhammad (la paz sea con él). Fue enviado a las tierras de Arabia y así hablaba la lengua de los árabes. Muhammad (la paz sea con él) fue enviado a reafirmar el mensaje por el que todos los anteriores profetas y mensajeros fueron enviados – invitar a la adoración de un único Dios.

Michael Hart, en su libro “Los 100: Una clasificación de las personas más influyentes en la historia” afirma: “mi elección de Muhammad para dirigir la lista de personas más influyentes del mundo puede sorprender a algunos lectores y puede ser cuestionada por otros, pero él era el único hombre en la historia que fue sumamente exitoso en tanto a nivel religioso como secular. De humilde orígenes, Muhammad fundamentó y promulgó uno de las grandes religiones del mundo y se convirtió en un líder político enormemente eficaz. Hoy, trece siglos después de su muerte, su influencia es todavía poderosa y penetrante”.

El Profeta Muhammad (la paz sea con él) como una figura prominente es universal, no sólo por su mensaje de igualdad, sino por su carácter abnegado. Siempre ayudó a los pobres y cualquier persona que necesita ayuda de cualquier tipo. Sus enseñanzas se aplican a cualquier marco de tiempo, a las personas de cualquier parte del mundo, sean ricos o pobres. Entre sus muchas sabias enseñanzas encontramos por ejemplo: “no menosprecies incluso el más pequeño acto de bondad, así solo se tratara de saludar a tu hermano con una sonrisa”.

La siguiente historia muestra el altruismo del Profeta. Una anciana tenía la costumbre de arrojar basura sobre el Profeta Muhammad cuando pasaba por su casa. Cuando la mujer le tiraba la basura, él pasaba silenciosamente sin mostrar enfado ni molestia y esto sucedía con cierta frecuencia. Un día cuando el Profeta pasaba por allí, notó que la mujer no estaba allí para tirar la basura.

El Profeta pidió permiso para visitar a la mujer. Él la encontró muy enferma. Ella pensó que él había venido a tomar venganza justo cuando ella era incapaz de defenderse. Pero el Profeta le aseguró que sólo había venido a verla y a cuidar de sus necesidades, ya que la orden de Allah era que si alguien se enferma, un musulmán debe visitarle y ayudarle si se necesita de ayuda. La mujer se conmovió de gran manera por tal bondad y amor del Profeta. Debido a este ejemplo, ella entendió que él realmente era el Profeta de Dios y que el Islam era la religión verdadera. Posteriormente ella abrazó el Islam.

De esta manera, antes de que el Profeta muriera a la edad de 63 años, la mayoría de la gente de Arabia había abrazado el mensaje del Islam, y en menos de un siglo el mensaje se había extendido tanto a España en el Oeste como al extremo Oriente en China.

En la visión islámica, el “mensaje” transmitido a través del Profeta Muhammad (la paz sea con él) representa, no una religión completamente nueva, sino un correctivo a las falsificaciones y distorsiones que habían tenido lugar y al mismo tiempo, una afirmación nueva inflexible de la doctrina pura del Dios único.

El Corán

Tal como a los profetas Moisés, Jesús y David (la paz sea con ellos) les fueron dados libros de la revelación (la Torá, el Evangelio y los Psalmos respectivamente, hecho que los musulmanes reconocen) así mismo aconteció con el Profeta Muhammad (la paz sea con él). El mensaje traído por el Profeta Muhammad (la paz sea con él) se consolidó a través de sucesivas revelaciones conocidas colectivamente como el Corán, que significa en árabe recitar o leer. El Corán contiene orientación para toda la humanidad, y hoy en día existe exactamente en la misma forma como cuando fue revelado hace más de 1400 años.

“¡Oh gentes! Ciertamente, os hemos creado a todos de varón y hembra, y os hemos hecho naciones y tribus, para que os reconozcáis unos a otros. Realmente, el más noble de vosotros ante Dios es aquel que es más profundamente consciente de Él. Ciertamente, Dios es omnisciente, consciente de todo”. [Corán 49:13]

La orientación contenida en el Corán permite vivir una vida de una manera que Dios ama y se complace. Como el Creador, Dios nos conoce mejor y por lo tanto es Quien está en mejor posición para guiarnos sobre cómo “funcionar de manera óptima”. Supongamos que acabas de comprar tu primer telefono iPhone, ¿leerías un manual de instrucciones de Sony Ericsson? ¡Lógicamente, no! La lógica es muy simple; la empresa que produce el teléfono conoce su producto al derecho y al revés, así que está en mejor posición para escribir un manual de instrucciones para sus usuarios. Lo mismo es cierto de nosotros. Dios nos creó, por lo tanto nos conoce mejor de lo que creemos conocernos a nosotros mismos. El Corán es, por tanto, un manual del Creador para la creación. Dios dice:

“Esta [revelación] es una vía de discernimiento para los hombres, y una guía y misericordia para gente dotada de certeza interior.” [Corán 45:20]

Y en otro versículo:

“¡OH GENTES! Os ha llegado ahora una exhortación de vuestro Sustentador, una cura para todo [mal] que pueda haber en los corazones de los hombres, una guía y una misericordia para todos los que creen [en Él].” [Corán 10:57]

El musulmán

Un musulmán tiene dos relaciones muy específicas,

  1. Una relación con su Creador. Esencialmente, esto fortalece la fe y le permite a uno acercarse a Dios a través de actos de adoración.
  2. Una relación con la sociedad en la que reside. Los musulmanes tienen la responsabilidad de defender valores morales básicos como encomendar lo bueno, y prohibir el mal, etc. hacer frente a la injusticia, guardar los fideicomisos encomendados, ser amable con sus vecinos y ayudar a los menos afortunados.

Hay numerosos versículos del Corán que aclaran, por ejemplo:

“La piedad verdadera no consiste en volver el rostro hacia el este o hacia el oeste –piadoso, en verdad, es quien cree en Dios, en el Último Día, en los ángeles, en la revelación y en los profetas; y gasta de lo que tiene –a pesar de su apego a ello– en sus parientes, en los huérfanos, los necesitados, los viajeros, los mendigos y en rescatar a otros del sometimiento; es constante en la oración y paga el impuesto de purificación; y [piadosos en verdad son] los que, cuando prometen, cumplen sus promesas, y son pacientes en la desgracia, en la adversidad y en los momentos de peligro: esos son los que han sido fieles a su palabra, y esos son los que han sido conscientes de Dios.” [Corán 2:177]

“CIERTAMENTE, Dios os ordena restituir a sus dueños todo lo que os fue encomendado y que cuando juzguéis entre la gente lo hagáis con equidad. En verdad, Dios os exhorta a algo excelente: ciertamente, Dios en verdad todo lo oye, todo lo ve.” [Corán 4:58]

“CIERTAMENTE, Dios ordena la justicia, hacer el bien, y la generosidad para con el prójimo; y prohíbe la indecencia y todo lo que va en contra de la razón, así como la envidia; [y] os exhorta [con insistencia] para que tengáis [todo esto] presente.” [Corán 16:90]

 

¿Cómo se hace una persona musulmana?

Para que una persona pueda declarar que es musulmana, debe seguir cinco deberes fundamentales que un musulmán voluntariamente práctica y que son conocidos como los 5 pilares del Islam. Allah dice en el Corán:

“Esta escritura divina –sin lugar a duda– es una guía para quienes son conscientes de Dios que creen en [la existencia de] lo que está fuera del alcance de la percepción humana, son constantes en la oración, y de lo que les proveemos como sustento gastan en los demás; y que creen en lo que ha descendido sobre ti [Oh Profeta], y en lo que se hizo descender antes de ti: ¡porque ellos son los que, en su interior, tienen certeza de la Otra Vida! ¡Ellos son los que siguen la guía [que les viene] de su Señor; y ellos, precisamente, son los que conseguirán la felicidad!”. [Corán 2:2-5]

Los musulmanes practicantes siguen los mandamientos de Dios para buscar Su beneplácito. Pero además de esto, los mandamientos en sí contienen cierta sabiduría inherente. Los cinco pilares del Islam constituyen así la base de la vida musulmana.

El primer pilar fue mencionado anteriormente y es declarar que no hay Dios merecedor de adoración excepto Allah, y que el Profeta Muhammad (la paz sea con él) es el último Mensajero. Esto es de hecho la esencia del Islam.

El segundo pilar consiste en establecer las cinco oraciones diarias. Allah dice:

““¡Ciertamente, Yo –sólo Yo– soy Dios; no hay más deidad que Yo! Así pues, ¡adórame sólo a Mí, y sé constante en la oración para recordarme!” [Corán 20:14]

Y en otro versículo:

“TRANSMITE [a los demás] lo que te ha sido revelado de esta escritura divina, y sé constante en la oración: pues, ciertamente, la oración refrena [al hombre] de la acciones deshonestas y de cuanto atenta contra la razón; y el recuerdo de Dios es en verdad el mayor [bien]. Y Dios sabe todo lo que hacéis.” [Corán 29:45]

La oración es un tiempo para estar delante de Dios y expresar la fe, dar gracias por las bendiciones que nos ha concedido, así como para buscar la guia y el perdón. Al inclinarse y postrarse sobre el suelo, los musulmanes expresan su máxima humildad ante El Todopoderoso.

Si nos fijamos en el concepto de la PNL (Programación Neuro-lingüística) vemos que existe una relación recíproca entre nuestros procesos de pensamiento (Neuro), nuestra comunicación (lingüística) y nuestro comportamiento (programación). Si cambias uno, tiene un golpe de efecto en las otras dos variables. Así que si cambias tu comportamiento para realizar la oración (que es una acción física así como comunicación verbal con Dios) naturalmente afectará tus procesos de pensamiento, aumentando tu fe así como inspirandote a querer acercarte más a Dios remediante la realización de buenas obras.

El tercer pilar es ayunar durante el mes de Ramadán (el noveno mes del calendario islámico) desde el amanecer hasta el anochecer durante 30 días consecutivos aproximadamente. Dios dice:

“¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Se os ha prescrito el ayuno como se les prescribió a los que os precedieron, para que os mantengáis conscientes de Dios…” [Corán 2:183]

El ayuno permite a una persona desarrollar el autocontrol y liberarse para dedicar el cuerpo y el alma a la adoración. Ramadán es también una gran oportunidad para apreciar las bendiciones que Dios nos ha dado y nos da una muestra de lo que sufren los pobres y hambrientos de todo el mundo.

Para más información sobre el ayuno y Ramadán haga clic aquí.

El cuarto pilar es la zakat o dar el 2.5% de la riqueza excedente a aquellos ordenados por Dios para recibirla. Uno de los principios más importantes del Islam es que todas las cosas pertenecen a Dios y que la  riqueza está en manos de los seres humanos como un préstamo. En árabe, la palabra Zakat significa tanto “purificación” como “crecimiento”. Nuestras posesiones son purificadas por destinar un porcentaje para aquellos en necesidad y tal como ocurre con la poda de las plantas, el corte equilibra y estimula un nuevo crecimiento. Dios dice:

“Las ofrendas dadas por Dios (zakat) son sólo para los pobres, los necesitados, los que se ocupan de ellas, aquellos cuyos corazones deben ser reconciliados, para la liberación de seres humanos de la esclavitud, [para] aquellos que están agobiados por deudas, [para toda lucha] por la causa de Dios y [para] el viajero: [esta es] una prescripción de Dios –y Dios es omnisciente, sabio. [Corán 9:60]

La práctica recurrente de la Zakat demuestra que al seguir Sus mandamientos, el amor por Dios es mayor que el amor por la riqueza. También sirve para ayudar a los pobres, a los endeudados y protege a la nación tanto como fortalece la fe.

El quinto pilar obligatorio para un musulmán es que realice la peregrinación a la Meca por lo menos una vez en su vida si es físicamente y financieramente capaz de hacerlo. Dios dice:

“He aquí que el primer Templo erigido para los hombres fue ciertamente el de Bakkah: lugar bendecido y [fuente de] guía para todos los mundos, en donde hay mensajes claros. [Es] el lugar en el que Abraham se situaba; quien entra en él encuentra paz interior. Así, la peregrinación al Templo es un deber impuesto por Dios a todos aquellos que puedan realizarla. Y en cuanto a aquellos que niegan la verdad –ciertamente, Dios puede prescindir de todos los mundos. ”Corán 3:96-97

En promedio, aproximadamente 2 millones de personas asisten a la peregrinación cada año y es un espectáculo increíble para toda la humanidad. Demuestra unidad a pesar de la multiplicidad y le inspira paciencia y tolerancia a cada peregrino. El viaje en sí mismo es enteramente espiritual, incomparable a cualquier otro en la tierra.

Los seis Pilares de fe

 

Además de promulgar los cinco pilares del Islam en sus vidas, también deben aceptar los musulmanes:

  1. Creer en Dios solamente

El concepto de la Unicidad de  Dios es tan importante en el Islam que es el primero en los 5 pilares del Islam y los  6 pilares de la fe.

  1. Todos los anteriores profetas y mensajeros

De que Adán es el primer y Muhammad (la paz sea con él) es el último Mensajero

  1. Todas las escrituras reveladas
  2. La existencia de los Ángeles, por ejemplo el Arcángel Gabriel (que era responsable de traer la revelación). Miguel, el que sostiene la trompeta para anunciar el Día del Juicio, y el Ángel de la muerte.
  3. El Día del Juicio Final cuando cada individuo será juzgado por sus acciones.

Nuestras obras serán juzgadas por Dios y entraremos ya sea al paraíso o al fuego del infierno.

Dios es el Justo, El que premia y castiga justamente; sin embargo, una de sus magnánimas cualidades es que es el más Misericordioso de aquellos que muestran misericordia.

 

  1. Creer en el Decreto y la Predestinación Divina:

Nada sucede ni sucederá, excepto por la voluntad de Dios, porque Él es el Creador de todo y Él tiene el control de todo. A su vez es necesario saber que Dios nos dio libre albedrío por lo que somos responsables de lo que hacemos: si hacemos el bien tendremos la recompensa, si hacemos el mal seremos castigados).

Aunque el diccionario define al Islam como “Conjunto de dogmas y preceptos de la religión musulmana” es en realidad mucho más que eso. El Islam es una forma de vida; todo un sistema de vivencia que impregna cada aspecto de actividades cotidianas de un individuo. Practicar el Islam realmente llena a la persona, permitiéndole estar en paz con uno mismo, el Creador, la familia, vecinos y la sociedad en general. El universo está lleno – como un gran libro – con signos, que son testimonio de su Creador y nos recuerda que si tenemos corazones puros, entonces tenemos ojos para observar el poder de Dios, Su majestad y Su belleza. El Corán menciona:

“Ciertamente, en los cielos y en la tierra hay en verdad mensajes para todos los que [están dispuestos a] creer. Y en vuestra naturaleza, y en [la de] todos los animales que Él disemina [por la tierra] hay mensajes para gente dotada de certeza interior. Y en la sucesión de la noche y el día, y en los medios de subsistencia que Dios hace descender del cielo, dando así vida a la tierra cuando estaba muerta, y en la variación de los vientos: [en todo esto] hay mensajes para gente que hace uso de la razón..” [Corán 45:3-5]

En resumen, el Dios del Islam es trascendente, el Todopoderoso, que Todo lo sabe, Creador y Juez, y al mismo tiempo infinitamente Misericordioso, Generoso y Perdonador. El ser humano, su criatura y siervo, está parado delante de Él sin intermediario o intercesor, Le conoce a través de la oración durante esta breve vida en la tierra y Le conocerá sin velos en la otra vida. En el Islam, Dios no se encarna en un ser humano ni es accesible a través de imágenes o ídolos. Él es, Absoluto y Eterno, y es tal como el musulmán le adora “(Hassan G. Eaton: El concepto de Dios en el Islam).