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La purificación

La purificación (At-Tahárah): Consiste en la limpieza y purificación de toda impureza material o inmaterial.

La purificación se divide en dos clases:
1. Purificación externa: Consiste en la purificación con agua a través de la ablución menor (Al-Udú’) y la ablución mayor o baño (Al-Gusl), aparte de de la eliminación de cualquier materia impura presente en el cuerpo, la vestimenta y el sitio donde se va a realizar la oración.

2. Purificación interna: Consiste en la purificación del corazón de todo defecto y desviación, como la idolatría, la incredulidad, la soberbia, la jactancia, el odio, la envidia, la hipocresía, etc. así como el enriquecimiento del corazón con virtudes, como el monoteísmo, la fe, la sinceridad, la veracidad, la certeza, la entrega etc. Esto se complementa, además, con el arrepentimiento y el recuerdo (Dikhr) de Allah.

 

Cómo invoca el siervo a su Señor

Cuando el hombre higieniza su cuerpo con agua y enriquece su interior con la fe y el monoteísmo, su espíritu se purifica, su alma se ennoblece y su corazón se reaviva, es así cómo debe presentarse para invocar a su Señor, pues su cuerpo, su corazón, su vestimenta y el lugar donde se dispone a invocar a Allah están libres de toda impureza. Ésta es la forma más apropiada y efectiva de adorar y recordar al Señor del Universo. Es por esta razón que la purificación es considerada la mitad de la fe, tal como se menciona en el siguiente Hadiz:
Abú Málik Al Ash‘ari (Allah se complazca con él) narró que el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La purificación es la mitad de la fe. Decir Alhamdulillah (las alabanzas sean para Allah) colma la balanza divina (que Allah pondrá en el Día del Juicio para pesar las obras)…”

Allah dice en el Sagrado Corán:
“Ciertamente Allah ama a los que se arrepienten y purifican”. (2:222)

 

La salud del cuerpo y el espíritu

Allah creó al hombre con cuerpo y espíritu. El cuerpo es alcanzado por impurezas de dos orígenes: impurezas que provienen del interior, como el sudor, e impurezas que provienen del exterior, como el polvo. Para preservar la salud del cuerpo, éste debe ser higienizado habitualmente. Al espíritu lo atingen impurezas de dos orígenes: las enfermedades del corazón, como la envidia y la soberbia, y los pecados que comete exteriormente, como la opresión y la fornicación. Para preservar la salud del espíritu se necesita del arrepentimiento constante y el pedido de perdón.

La purificación es una de las virtudes del Islam, y consiste en la utilización de agua limpia de la forma prescrita para anular la impureza ritual (Hadaz) y eliminar la impureza. Este es el significado que le daremos a la palabra en este libro.

 

Clases de agua

Las aguas son de dos clases:
1. Agua pura: Es el agua en su forma natural como Allah la creó: agua de lluvia, de mar, de río y de manantiales, que brota sola o por extracción, ya sea dulce, salada, caliente o fría. Éstas son las aguas con las que está permitido purificarse.

2. Agua impura: Es el agua cuyo color, sabor u olor ha sido alterado por la mezcla con alguna sustancia impura. No importa si es poca agua o mucha. Acorde al veredicto de la legislación islámica no es permitido purificarse con esta clase de agua.

El agua impura se purifica cuando la impureza y sus efectos desaparecen, ya sea por sí misma o por una acción externa, como su eliminación o el agregado de agua.

Cuando el musulmán duda si el agua es pura o impura debe basarse en el origen de la misma. El estado original de las materias puras es la pureza.

Si se confunden dos aguas, una pura y otra impura, y no se tiene más agua a disposición, entonces se debe realizar la purificación con la que se cree que es la pura.

Si se confunden dos prendas de vestir, una limpia y otra alcanzada por una impureza, entonces se debe rezar vistiendo la que se considera es la limpia, luego de esforzarse en tratar de diferenciarlas. Y su oración será válida si Allah quiere.

La purificación de la impureza ritual mayor (Hadaz akbar) y de la Impureza ritual menor (Hadaz asgar) se realiza con agua. Si no se dispone de agua o se teme que su uso sea perjudicial para la salud, entonces se realiza la ablución seca (Taiammum) .

La purificación de las impurezas que puedan alcanzar el cuerpo, la vestimenta y el sitio donde se ora debe realizarse con agua o con cualquier otra sustancia pura que elimine la materia impura.

Es permitido usar cualquier recipiente para la ablución u otro fin, siempre que el mismo no sea de hecho de un elemento impuro, de oro o plata, y tampoco haya sido robado. Quien use un recipiente ilícito para su ablución, ésta será válida pero se le registrará un pecado por ello.

Está permitido usar recipientes o vestimentas que pertenezcan o hayan sido fabricados por no musulmanes aunque se desconozca su condición de puro o impuro, porque el origen de los mismos es la pureza. Si se sabe que están sucios con alguna impureza, entonces es obligatorio purificarlos con agua.

 

Veredicto sobre la utilización de utensilios de oro y plata

Tanto hombres como mujeres tienen prohibido comer o beber en utensilios de oro o plata, o darles algún otro uso. Se exceptúa de esta prohibición lo siguiente: Es lícito para las mujeres engalanarse con oro o plata. Es lícito para los hombres usar anillos de plata. Es lícito usar oro o plata cuando no existe otra alternativa en un tratamiento médico.

Hudhaifah Ibn Al-Yamán (Allah se complazca con él) dijo: Oí al Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) decir: “¡No vistan seda ni brocado! ¡No coman ni beban en recipientes de oro o plata! Esto es para ellos (los no musulmanes) en esta vida y para nosotros (los musulmanes) en la otra”.

La esposa del Profeta Umm Salamah (Allah se complazca con ella) relató que el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien bebe en recipientes de plata llena su estómago con fuego del Infierno”.

 

Clases de impurezas

Las impurezas de las cuales el musulmán debe higienizarse si alcanzan su cuerpo o su ropa son las siguientes: la orina, el excremento, el vómito, la sangre derramada, la sangre de la menstruación o el posparto, las emisiones pre-seminales, los animales muertos por causa natural (excepto peces o langostas), la carne de cerdo, la orina y el excremento de todo animal que sea ilícito comer, como el asno o la mula, la saliva del perro, la cual debe lavarse siete veces, la primera con tierra.

Ibn ‘Abbás (Allah se complazca con él) relató que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pasó por dos tumbas cuyos habitantes eran castigados, y dijo: “Ciertamente que están siendo castigados, y no es por un pecado mayor. Uno de ellos no se ponía a resguardo de su orina y el otro difundía chismes maliciosos”. Luego tomó una hoja de palma, la partió en dos y clavó una mitad en cada tumba. Entonces le preguntaron: ¡Mensajero de Allah! ¿Por qué hiciste eso? Dijo: “Tal vez se les reduzca el castigo hasta que se sequen”. Siendo esta acción del Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) una situación especial de su persona, ya que él fue informado por Allah de lo que sucedía dentro de esas dos tumbas
Abú Hurairah (Allah se complazca con él) relató que el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “La purificación de los utensilios que hayan sido lamidos por un perro consiste en lavarlos siete veces, la primera con tierra”.

Los calzados que hayan sido alcanzados por alguna impureza se pueden purificar frotándolos en la tierra hasta que no queden rastros de la impureza.

 


Source: https://www.islamland.com/esp/articles/la-purificacion-

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